martes, 6 de marzo de 2012

El coste existencial del exilio

´Casi veinte años después, todavía no había conseguido sentirse cómodo en la tierra de exilio. Huyó de la patria dejando atrás sus estudios y su familia, porque no aguantaba a su padre. Tenía que esforzarse mucho para ganar su aprecio, lo que le parecía que nunca lograría, porque se peleaban constantemente. El, un campesino hecho propietario en una taberna en las afueras de Barcelona, quería que sus hijas se casaran y su único hijo permaneciera con él para ayudar al negocio familiar. Luego, habían tenido que mudarse a las montañas del País Vasco, de donde se escapó solamente para ingresar en la universidad. Siguió detestando las vacaciones las que pasaba en la casa de la familia obligatoriamente. No podía imaginar que un día se encargarñia de todas aquellas responsabilidades, incluso de bautizar a sus sobrinos y cuidar a sus padres. Y se escapó. Pero ahora, tantos años después, aunque aparentemente exitoso, cada día era un combate contra la soledad. No se sentía parte ni de la familia en su patria chica, ni tampoco de la de la tierra desconocida. El pobre autoexiliado se había quedado solo con un sentimiento agrio que surgía cada vez que se encontraba con gente feliz.´
Uranía 04-03-2012 (Texto escrito para la tarea ´Un Viaje´)




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